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[El humanitarismo es el último baluarte de la doctrina cristiana]

[texto dactilografiado, tal vez 1917]

Antonio Mora


El humanitarismo es el último baluarte de la doctrina cristiana. En él están depositadas las propias raíces del cristismo, desvestidas ya del tronco y de las hojas. Pero el mal cristiano existe allí, en toda la plenitud de su maleficencia.

Cuando un criticismo y un contracriticismo hubieren minado sucesivamente las bases de la religión, como ya hicieron, y las de la ciencia, como están haciendo, sólo queda esperar una violenta reviviscencia mística, porque el espíritu humano es intelectual sólo superficialmente, sólo superficialmente es individual, siendo social en su más íntima naturaleza.

En el fondo, la religión es una forma rudimentaria del sentimiento de belleza. Todo el arte no pasa de un ritual religioso.

La profunda frase de Goethe –que puede prescindir de la religión aquel que tiene la ciencia y el arte, pero no quien no las tiene- tiene, en el fondo, esta significación muy simple: quien no puede tener un arte superior, que tenga un arte inferior. (¿O, propiamente, no será la religión la base indiferenciada del arte, de la ciencia y de la moral?) Es tan absurdo querer que el pueblo deje de tener religión, como lo es querer que deje de tener amor a los espectáculos teatrales, que son las formas indiferenciadas del arte. El arte es insocial; la religión es la forma social del arte.


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