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[Objetivismo y subjetivismo. Condiciones climáticas e históricas]

[texto dactilografiado, tal vez 1917]

Antonio Mora


Regreso de los Dioses

Así, conforme derive de condiciones climáticas o de condiciones históricas, el objetivismo o subjetivismo producido es diverso.

Las condiciones climáticas influyen en la organización de los sentidos; las históricas en la organización de la voluntad. (?) Puede un pueblo habitar el más tropical de los países, si las circunstancias de su vida lo obligan a defenderse constantemente de invasiones, adquirirá, caso que no se extinga, cualidades de observación y de destreza de sentidos que las condiciones climáticas, por sí, no son propias para producir.

Así los pueblos donde nació y se conservó el mahometismo, son pueblos del desierto, de las regiones áridas y calientes, de modo que reúnen las características de los pueblos de las regiones calientes –el subjetivismo intenso, la emotividad profunda, la incerteza extra-pasional de la voluntad–, y las de los pueblos obligados, por carencia de víveres, a sentir fuertemente el medio externo: la agudeza de vista, la destreza, el ansia material. En el sistema mahometano tenemos las dos cosas, siendo el subjetivismo representado, como siempre, por el monoteísmo y el objetivismo secundario por el carácter materialista de ese monoteísmo.

Los pueblos del Norte de Europa, protestantes crististas, reúnen las cualidades de las regiones frías y brumosas con las del individuo a quien igualmente el medio es ingrato. Resulta, como en el caso de los árabes, un monoteísmo; pero la no-excesividad de pasiones lleva al monoteísmo a abandonar su carácter materialista.


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