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[La democracia y la evolución del espíritu cristista]

[texto manuscrito]

Antonio Mora


Prolegómenos

El caso del origen (¿sólo?) económico de las recientes transformaciones del espíritu cristista.

La gran presión económica de los tiempos modernos, actuando sobre el proletariado, produjo la democracia; arrojando a la mujer a la lucha económica, causó las funestas doctrinas feministas; volviendo prominente el comercio –porque, con la expansión y la proliferación de las industrias, le amplió las bases- sustituyó con una despreciable inter-permeación pacifista la brutal y saludable interpenetración guerrera de las naciones antiguas, así como, dislocando el nivel de comunicación de la aristocracia (por la inteligencia y por la cultura) hacia la burguesía (por el comercio) rebajó el nivel general de las empresas intelectuales, abatió el prestigio, del que la inteligencia antiguamente gozaba. Tal decadencia en el valor social de la inteligencia estudia el sr. Charles Maurras en su rápido pero interesante esbozo «’Avenir de l’Intelligence».

No fue sólo, sin embargo, la determinación económica la que actuó para crear la democracia moderna. Este funesto fenómeno social nace de la propia evolución del espíritu cristista, evolución, en el caso que se estudia, de pura disolución. La gran prominencia de las industrias en Alemania no creó un estado democrático; y fue porque Alemania estaba tallada, por su espíritu, en lo que había llegado, para tomar sobre sí la parte imperialista del cristismo, en el momento de su disolución, y eso es ahora.

Es necesario que ese elemento industrial actúe sobre fuerzas preparadas para recibir su influencia, para que tengamos los plenos efectos de la disolución humanitaria del Cristianismo.


2 comentarios:

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

He leído esta curiosidad en el blog Ráfagas y os la mando por si os parece de interés:

MANERAS DE VIVIR

"Marcel Proust (1871-1922), Franz Kafka (1883-1924) y Fernando Pessoa (1888-1935) son, tal vez, mis autores preferidos.

Los tres fueron contemporáneos (así, en el año 1920 Proust cumplió 59 años, Kafka 37 y Pessoa 32). Pero no me consta que se conocieran entre ellos, ni siquiera que se leyesen.

En el plano personal, ninguno de los tres se casó ni tuvo pareja estable.

Ninguno de los tres tuvo descendencia.

Sus vidas, según se dice, fueron tristes y atormentadas.

Pero, en mi opinión, no fue exactamente así: Yo creo más bien que cada uno de ellos tuvo una pareja estable llamada Literatura. Y los tres, en cierto modo, tuvieron hijos: las obras que crearon.

Finalmente, no me parece que sus vidas fueran tristes. Por el contrario, experimentaron el gozo, la dicha, la -para ellos suprema- alegría de crear."

indecible dijo...

Hay un párrafo de Pessoa que viene recogido en el prólogo de la colección de sus cuentos ("El banquero anarquista y otros cuentos de raciocinio" -Alianza Editorial-), en que dice que la felicidad para él se resume en "un volumen de uno de estos autores (Conan Doyle o Arthur Morrison), un cigarro de a 45 el paquete" y "una taza de café -trinidad cuyo ser uno es para mí la conjugación de la felicidad".

Yo me lo imagino en una cafetería de Lisboa sorbiendo de su taza, fumándose el puro y leyendo una de esas novelas, y seguro que en su cara se vería reflejada la felicidad, igual que para otras personas la felicidad puede consistir en cosas bien distintas.